Discurso pronunciado por Pablo Estrella Vintimilla, en nombre de los Condecorados, en la Sesión de Cabildo realizada en Cuenca, el día 3 de Noviembre de 2011.

Discurso pronunciado por Pablo Estrella Vintimilla, en nombre de los Condecorados, en la Sesión de Cabildo realizada en Cuenca, el día 3 de Noviembre de 2011.

"Todos, cada uno de nosotros, en la realidad cotidiana o en los sueños, hemos descubierto, hemos inventado alguna vez ciudades a las que no las recorremos: son ellas las que nos recorren por dentro, ciudades que nos salen al paso, que vienen a nuestro encuentro como un torbellino de placer y de júbilo, con el mismo éxtasis con el que ellas han esculpido su pellejo de lámparas, su aguacero de esquinas, y la tentación de sus habitantes para enfrentar los desafíos como algo posible, deseable y bello. Cuenca, cuando aprendemos a descubrirla, cuando aprendemos a descifrar las cábalas de su lenguaje humano y urbano, adquiere ese raro encanto que nos invita a sentir que no la recorremos, sino que ella es la que nos recorre por dentro, que es una ciudad en la que, como dice Julio Cortázar, los adoquines de la calzada van resbalando hacia atrás, como en una cinta móvil, y nosotros detenidos ahí, mientras las cosas fluyen y se pierden a la espalda. Sí, así es Cuenca, una ciudad que siempre nos invita a recuperar nuestra capacidad de asombro."

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