En esta columna he repetido algunas veces: Cuenca tiene características
relevantes para convertirse en una ciudad justa y sustentable, en una ciudad
para vivir bien, con dignidad y solidaridad. Es una tarea inexcusable
tanto de las autoridades locales, cuanto de los ciudadanos, encontrar los
mecanismos de corresponsabilidad que permitan comprender y transformar
las arquitecturas políticas, sociales y culturales con la finalidad de
convertir a Cuenca en una ciudad en la que propios y extraños podamos disfrutar
del buen vivir.
En este contexto, desde el mes de enero del 2010, un grupo impulsor de la sociedad civil, integrado por diversos actores locales, se comprometió en el desarrollo de la Iniciativa Ciudadana “Cuenca, ciudad para vivir”, que forma parte de la Red Latinoamericana de Ciudades Justas y Sustentables, a la que se han integrado más de cincuenta urbes de nuestro continente. Esta Iniciativa, que ha contado con el apoyo de la Fundación Avina, ha definido como objetivo central, aportar a la construcción de Cuenca como un bien público y un proyecto ético, propiciando para ello la corresponsabilidad y el desarrollo de nuevas formas de cooperación entre la ciudadanía, el gobierno local y diversos actores del sector público y privado.
Según se ha informado, uno de los logros obtenidos por esta iniciativa es el diseño y la realización de la primera Encuesta de Percepción de la Calidad de Vida en Cuenca -2011, cuyos resultados están próximos a aparecer. Su difusión y debate van a favorecer, indudablemente, tanto a la demanda de información cuantitativa y cualitativa que requiere la ciudadanía y las organizaciones sociales, cuanto a la necesidad de contar con una primera aproximación a este importante tema, que deberá convertirse en el punto inicial de las encuestas que se realizarán en los años subsiguientes.
Es muy importante que la ciudadanía esté alerta sobre la calidad de vida en Cuenca, y se decida a tomar partido por aquella corresponsabilidad que debe ser ejercida como un derecho y como una obligación. Así mismo, es necesario que el gobierno local sienta que, en la sociedad civil, existen interlocutores válidos ante los cuales se hace necesario dar cuenta de sus acciones políticas y administrativas, con transparencia y responsabilidad. Solo así, unos y otros podremos asumir el desafío de construir a Cuenca como un bien público que nos pertenece a todos, y comprender que todos tenemos una tarea que cumplir para apropiarnos de ella en una dimensión ética, estética, social y política, en una dimensión que nos permita re-encantar la vida pública desde nuestra acción de ciudadanos y ciudadanas.
En este contexto, desde el mes de enero del 2010, un grupo impulsor de la sociedad civil, integrado por diversos actores locales, se comprometió en el desarrollo de la Iniciativa Ciudadana “Cuenca, ciudad para vivir”, que forma parte de la Red Latinoamericana de Ciudades Justas y Sustentables, a la que se han integrado más de cincuenta urbes de nuestro continente. Esta Iniciativa, que ha contado con el apoyo de la Fundación Avina, ha definido como objetivo central, aportar a la construcción de Cuenca como un bien público y un proyecto ético, propiciando para ello la corresponsabilidad y el desarrollo de nuevas formas de cooperación entre la ciudadanía, el gobierno local y diversos actores del sector público y privado.
Según se ha informado, uno de los logros obtenidos por esta iniciativa es el diseño y la realización de la primera Encuesta de Percepción de la Calidad de Vida en Cuenca -2011, cuyos resultados están próximos a aparecer. Su difusión y debate van a favorecer, indudablemente, tanto a la demanda de información cuantitativa y cualitativa que requiere la ciudadanía y las organizaciones sociales, cuanto a la necesidad de contar con una primera aproximación a este importante tema, que deberá convertirse en el punto inicial de las encuestas que se realizarán en los años subsiguientes.
Es muy importante que la ciudadanía esté alerta sobre la calidad de vida en Cuenca, y se decida a tomar partido por aquella corresponsabilidad que debe ser ejercida como un derecho y como una obligación. Así mismo, es necesario que el gobierno local sienta que, en la sociedad civil, existen interlocutores válidos ante los cuales se hace necesario dar cuenta de sus acciones políticas y administrativas, con transparencia y responsabilidad. Solo así, unos y otros podremos asumir el desafío de construir a Cuenca como un bien público que nos pertenece a todos, y comprender que todos tenemos una tarea que cumplir para apropiarnos de ella en una dimensión ética, estética, social y política, en una dimensión que nos permita re-encantar la vida pública desde nuestra acción de ciudadanos y ciudadanas.
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